“Tomé coraje y miré el video donde lo mataban” | TELEDIEZ

DESGARRADOR TESTIMONIO DE LA MADRE DE FERNANDO BÁEZ

“Tomé coraje y miré el
video donde lo mataban”

Fernando tenía muchos sueños por delante. Era hijo único. Solo tenía 18 años. Su vida se apagó una madrugada de enero en la ciudad veraniega de Villa Gesell. Sus verdugos fueron unos rugbiers que lo golpearon hasta la muerte. Fernando Báez Sosa era hijo de paraguayos que se radicaron en la Argentina buscando un futuro mejor. Hoy siguen clamando justicia.
La muerte de Fernando aún está muy fresca en la mente y el corazón de sus padres: Graciela Sosa y Silvino Báez, compatriotas que están luchando en la Argentina para que se le haga justicia a su hijo. De hecho, antes de la cuarentena Buenos Aires se paralizó con las marchas clamando que los responsables paguen por sus actos.
La desgarradora confesión de la mamá de Fernando: "Tomé coraje y miré a escondidas el video donde lo mataban". Fue lo que contó en el programa argentino “Gritalo en privado”.
"Fernando era muy compañero, compartíamos un montón de cosas y hoy, de repente, no está”, decía su madre. Relató que no sabe cómo hacer para seguir adelante en el día a día. “Hay días en los que no quiero salir a la calle y me agarran temblores cada vez que veo la foto de mi hijo en los carteles pidiendo Justicia".
"Se me ha ido la felicidad, el poder charlar de cualquier cosa con él mientras comíamos ñoquis” contaba también su padre Silvino. Se conmueve ante el drama de sobrellevar la ausencia de Fernando. “Cuando nos sentamos a la mesa, sentimos el vacío. No podemos llenarlo con nada" dijo.
Dos de los diez implicados se complicaron aún más por las pruebas de ADN que los sindican como agresores directos. Ellos son Matías Benicelli y Blas Cinalli. Pero a Cinelli hay un dato que lo compromete tanto como el ADN. Un chat en el que reconoce del ataque que le costó la vida a Fernando: "Amigo, flasheamos, matamos a uno", fue el mensaje por WhatsApp.
Lo cierto y doloroso es que los padres paraguayos de Fernando sufren por la pérdida irreparable de su único hijo. Solo claman que la justicia argentina haga su parte.

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