Paraguay avanza cuatro puntos en el dominio del inglés
11/17/2023
¿SE ACUERDAN DE GRAMONT BERRES?
El mega-estafador que se codeó con Stroessner y endeudó al país por millones de dólares
No es un chiste.
El baldío que se ve en una de las fotos le costó al Estado paraguayo unos 70 millones de dólares.
Es más. Por este baldío hubo una demanda ante la justicia norteamericana que pretendía cobrarle al Paraguay unos 95 millones de dólares.
Es el baldío más caro de la historia.
Todo empieza con las andanzas de un excéntrico personaje uruguayo llamado Gustavo Gramont Berres.
Pero resultó que operaba con un nombre falso. En realidad, se llamaba Benjamín Levy Avzarradel.
Y no era uruguayo sino argentino.
Poco importaba. Tenía otras armas para salir del paso.
Era elegante y de buenos modales. Y sabía coquetear con el poder. Era un hombre de mundo.
Claro, recorrió el mundo a costa del Estado paraguayo. Viajes en primera clase y alojamiento en suntuosos hoteles pagados por todos los paraguayos.
Y hasta le gustaba hacer comentarios deslumbrantes sobre sus viajes.
Nada distraído, había contraído enlace matrimonial con una sobrina del general presidente. Y mejor todavía: se ganó el afecto del general.
Aparte de convertirse en su sobrino político era un mimado del general.
Con semejante respaldo, se le abrieron todas las puertas para cometer los desmanes comerciales más inverosímiles.
Entre idas y venidas, un día tuvo la brillante idea de gestionar el montaje de una fábrica de primer mundo: una mega procesadora de frutas.
Pero, pequeño detalle: No había frutas suficientes para alimentar la mega-procesadora.
Era como comprar un avión sin tener dónde aterrizar.
Poco importaba. Lo importante era llevar adelante el proyecto como sea.
Y para eso se necesitaba unos 70 millones de dólares.
Y fraguó un documento, con supuesto respaldo del Estado paraguayo, para gestionar una millonaria deuda ante el banco Overland Trust de Lugano (Suiza).
Y construyó la mega procesadora de frutas en La Colmena.
Y por supuesto, nunca proceso nada. Claro, no había una sola fruta para ser procesada.
Y distraído el hombre. La procesadora costó menos de la cuarta parte de la deuda contraída.
¿La diferencia? Si te he visto no me acuerdo. El hombre se embolsó limpio unos 58 millones de dólares.
Eso sí, el mono total de los 70 millones le quedó de clavo al Estado paraguayo.
Con intereses y todo, ya ronda los 95 millones de dólares.
A lo que habría que sumar los honorarios de los abogados norteamericanos contratados por el Estado paraguayo, que ronda el millón de dólares.
Entre pitos y flautas, Paraguay estuvo a punto de ser despojado de otros 100 millones de dólares.
Una mega estafa montada por un personaje trucho que supo sacar ventajas de sus coqueteos con el poder.
Compartir
Comentarios