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11/17/2023
A MENOS DE UN MES DE SU IMPLEMENTACIÓN NO HAY REPOSICIÓN DE TARJETAS
La odisea del billetaje electrónico
La gente necesita viajar, es una postal diaria en calles asuncenas buses –chatarras la mayoría- repletos de personas hasta por las estriberas. El trabajo, el hospital, hacer compras, ir a pagar cuentas, buscar a sus hijos, hacer la vida cotidiana son algunas de las cosas que se hacen. Pero la tarjeta electrónica será nuevamente la piedra en el zapato de muchos a la hora de tomar bus.
El problema en sí no era usar la tarjeta electrónica, que de algún modo para muchos es un paso a la modernidad. El drama es que para conseguir la tarjeta electrónica, porque acabaron y no hay nueva tanda de ellas.
Ya ocurrió el 23 de octubre del año pasado en que si los usuarios tenían de transportes no una tarjeta de boleto electrónico no te podían utilizar ningún ómnibus del transporte público en Asunción y en las ciudades del área metropolitana. Todo esto llevó a que se pueda pagar de forma mixta hasta el 31 de diciembre, como las tarjetas no estaban llegando volvieron a postegar la fecha al 1 de febrero. En esa última fecha aparentemente tampoco llegarían las “anheladas” tarjetas electrónicas y el vice ministerio de Transporte volvió a posponer por tercera al 17 de febrero.
Las filas de cuadras y cuadras fue la imagen en esos días de la imposición del billetaje electrónico, se llevó “como pan caliente” y muchos quedaron sin tarjeta y por ende sin movilidad en transporte público. Ciudadanos peleándose con otros ciudadanos por poder acceder a un servicio básico elemental. Tener que dejar el trabajo, la casa, la vida, para venir a formar colas interminables por más de cinco horas y cuando al fin te toca el turno te dicen que ya no quedan tarjetas para la venta, que se acabaron.
Corroborando la situación actual, se ratificó con tres locales al azar que en teoría deben vender las tarjetas. “Pirata Cell”, ubicado en la frontera de Lambaré y Villa Elisa camino a Petropar tiene el cartel que dice “NO HAY MÁS TARJETA” haciendo indicio a la tarjeta de bus. Al consultar con la encargada dijo que “los proveedores aún no se reportan”.
En el local “Casagrande” ubicado sobre Santísimo Sacramento del barrio Trinidad la situación es igual. Sin tarjetas de ningún tipo a semanas que se vuelva obligatorio –otra vez- su uso. El encargado dijo que las tarjetas se le acabaron a mediados de noviembre y desde ahí ya no volvieron a reponer los distribuidores.
“Netel” es otro de los sitios habilitados para vender la tarjeta electrónica, pero no puede hacerla porque no hay en stock. Este local se encuentra en el corazón del Mercado 4, sitio concurrido en gran porcentaje por personas que van en bus.
El paso del pago en efectivo al uso de las tarjetas electrónicas para viajar en bus iba a ser, supuestamente, un salto a la modernidad. Eso mismo dijeron cuando plantearon lo del Metrobús. Un trámite sencillo y fácil para hacer la vida más cómoda, más digna, más funcional, pero el final fue otro.
La gente tiene que recorrer largas distancias a pie para encontrar un lugar en donde en teoría venden, pero en la práctica no. Entonces no queda otra que comprar de los revendedores del mercado negro, que acaparan la existencia y cobran el doble. La Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario (Sedeco) comprobó la masiva reventa de las tarjetas, a un costo de 20.000 guaraníes (100% más caro que el valor real), con un saldo de apenas 8.000 guaraníes para los viajes.
El sistema de billetaje electrónico puede ser una herramienta valedera para la practicidad en el transporte público. Lo que cuestionan los usuarios es la manera precaria en la que organizaron la distribución, y sin reposiciones de las tarjetas.
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