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11/17/2023
“CERRÁ LA BOCA SI QUERÉS QUE TU FAMILIA ESTÉ BIEN”, LE DIJERON AL DENUNCIANTE
La pandemia de la riqueza meteórica
Se rechazó todo. Todos los artículos hospitalarios traídos “de urgencia” desde China, fueron rechazados. El anuncio lo hizo el propio viceministro de Salud, Julio Rolón.
Y conste que eran de extrema urgencia. Hasta se fletó un avionazo para traer la carga. Y ni siquiera vino la carga completa. Menos de la mitad. Por la urgencia, claro.
Todo era urgente. La urgencia era el hilo conductor de todo.
Como para preparar el terreno, primero se hizo un llamado, con un plazo de entrega de 72 horas. Más urgente imposible
Nadie se presentaría, con semejante requisito. Se sabía de antemano. No eran artículos de primera necesidad como para tener en la heladera. Tampoco es habitual que alguien compre una cama hospitalaria en la despensa del barrio o en el súper.
Y nadie se presentó al llamado.
Pero cuando se trata de urgencia y gente expeditiva (para los negocios), siempre hay un plan B. Y se apeló a la compra directa. Por un total de 14 millones de dólares y un adelanto de 6 millones (por la urgencia, claro)
Pero mucho antes de armar el negocio, ya se hicieron (había sido) algunos sondeos previos.
Una reunión clave entre un señor de nombre Ignacio Pidal en la oficina del entonces presidente de la Dinac, Edgar Melgarejo.
Además de Melgarejo y Pidal, están Raúl Silva (hombre de confianza de Marito en la EBY) Nery Rodríguez (director de Insumos Estratégicos del ministerio de Salud) y un quinto de nombre Gerardo Peyrat.
Todo esto lo contó el propio Pidal en la programa “En voz alta” de Monumental AM.
Pidal es importador con empresas en China. Es el mismo que destapó escándalo de los famosos “tapabocas de oro” que le costaron el puesto a Melgarejo.
Pero los tapabocas eran un juego de niños frente al siguiente pedido: Según Pidal. Melgarejo le pide una cotización de las camas hospitalarias.
Y Pidal le cotiza 110 dólares cada cama. Melgarejo le pidió elevar a 200 dólares. Una sobrefacturación de entrada de 90 dólares por cama, según Pidal.
Y que se le facture a una tercera empresa: Insumos Médicos (que no tenía nada que ver). Solo para figurar.
Pero cuál era la relación entre Melgarejo y Pidal para pedidos de semejante voltaje.
Según Pidal, llegó a Melgarejo a través de Mónica Seifart, una funcionaria de la Presidencia, cercana al presidente Marito.
Y Pidal le llama a Monica Seifart y le cuenta el curioso pedido de Melgarejo.
“No te hagas problemas”, le respondió Mónica, según Pidal, dando a entender que todo se aclararía como para seguir avanzando.
Pero nunca más nadie le llamó. “Me cortaron las piernas” dice Pidal.
Y se armó el negocio por otro lado. Y empezó el ruidoso anuncio del avionazo que llegaría en cualquier momento con su carga milagrosa.
Y toda la parafernalia de la llegada. Solo faltó la alfombra roja de Hollywood.
La ciudad argentina de Mendoza tiene su “fiesta de la vendimia”.
El aeropuerto tuvo su “fiesta de la pandemia”.
Por la urgencia, el avionazo solo vino con el 30 por ciento de su capacidad de carga.
Y llegaron las famosas camas (entre otros pedidos). Pero no a 110 dólares. Ni 200 como pidió Melgarejo. Subió a 4.250.000 guaraníes (unos 700 dólares por cada cama).
Y vino el destape de la sobrefacturación escandalosa. A lo que se sumó que las mercaderías no se ajustaban a las especificaciones requeridas.
Y se rechazó todo. Y la urgencia dejó de ser urgente.
“Alguien del gobierno se quedó con una plata grande”, dice Pidal. Y dice más: que cuando empezó a hablar, le llamaron desde un teléfono desconocido con un convincente mensaje: “Cerrá la boca si querés que tu familia esté bien”.
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